dimecres, 30 de maig del 2012


Principales corrientes líricas. De los 40 a los 60 

Tras la Guerra Civil Federico García Lorca y Antonio Machado habían muerto, otros grandes poetas como Juan Ramón o Alberti se habían exiliado. El panorama en el interior es desolador.

Dos grandes tendencias poéticas se manifiestan en los años cuarenta:

La poesía arraigada de corte neoclásico garcilasista (la revistas Garcilaso y Escorial serán su plataforma) 

La poesía desarraigada o existencial, de tono trágico y expresión más sencilla. (Revistas como Espadaña, Corcel o Proel serán la plataforma de los poetas pertenecientes a esta tendencia.)
LA OBRA LÍRICA DE MIGUEL HERNÁNDEZ (1910-1942)

Su obra conjuga lo popular con lo culto. Lo más característico de su poesía es la riqueza metafórica y el tono apasionado y cálido. Su trayectoria es un claro exponente de la evolución de la lírica del período: de la deshumanización de sus primeros momentos al compromiso. Es un poeta de transición , epígono del 27 para unos autores y perteneciente a la generación del 36 para otros. Pueden señalarse en su obra distintas etapas:


Etapa gongorina: Su obra Perito en lunas supone su primera incursión poética, el libro constituye un ejercicio poético de imitación y aprendizaje de los poetas barrocos especialmente de Góngora. Utilizando como molde métrico la octava real, el poeta realiza pequeños acertijos líricos sobre realidades cotidianas y vulgares:Arcángel tornasol, y de bonete/dentado de amaranto, anuncia el día/en una pata alzado un clarinete.


Etapa de madurez: representada por su obra El rayo que no cesa, aparecen los tres grandes temas constantes en la poesía de Miguel: amor, muerte y vida. Esta obra sintetiza mejor que ningún otro el vitalismo trágico del poeta: el amor se estrella contra barreras sociales o personales y no llega a consumarse. El amor y la vida están siempre amenazados por la muerte. El amor como un rayo brota del corazón del poeta, amor carnal, lleno de pasión , de deseo...por eso la fuerza inmensa del toro le sirve como comparación de su pasión y de su destino trágico. La estrofa más común es el soneto clásico , que obliga al poeta a sintetizar el tema y a contener su desbordado apasionamiento. A esta obra pertenece “Elegía a Ramón Sijé”, el amigo que le introdujo en el mundo de la cultura y el arte, en tercetos encadenados.

Etapa de poesía social: abarca la obra escrita durante la guerra civil. El libro Viento del pueblo recoge una poesía de intención social como “Aceituneros...” o “El niño yuntero”, junto a otros poemas de menor valor lírico y hasta panfletarios... En la misma tendencia, pero con predominio del dolor sobre la idea está su obra: El hombre acecha. En la posguerra, en diversas cárceles, escribió Cancionero y romancero de ausencias, cuyos contenidos se centran en el amor hacia la esposa y el hijo ausente y de su libertad. En poemas que recuerdan la lírica tradicional el estilo es sencillo y concentrado. A esta obra pertenece el poema “Nanas de la cebolla” dedicadas al hijo que vio crecer desde la cárcel.